jueves, 5 de abril de 2012

Somos carne de batalla...

Pues si. Somos carne de batalla. Y es que el pasado pesa. Y pesa demasiado. Me llena el hastío, especialmente pensando que podría haber sido de otra forma. Pero el pasado pasado está, y el presente es lo que nos inunda. Y desde hasta entonces hasta hoy, con pies de plomo voy. Y verdaderamente uno se cansa. Se cansa de levantar siempre mucho más peso del que le corresponde. Y para hacer el tonto, oiga. Porque si se traduciese en algo...

Uno cumple años y de vez en cuando le da por recapacitar. Dulce condena.

Ahí os dejo un video lleno de recuerdos. Amo de las nubes, Señor del viento. Triste y solitario, surcando el cielo. Au revoir!