viernes, 18 de septiembre de 2009

Leonardo Boof, una referencia a tener en cuenta

Leonardo Boff nació en Concórdia, Santa Catarina (Brasil), el 14 de diciembre de 1938. Es nieto de emigrantes italianos venidos del Veneto a Rio Grande do Sul a finales del siglo XIX. Teólogo y filósofo, es uno de los fundadores de la Teología de la Liberació, junto con Gustavo Gutiérrez Merino, que aboga por una revisión de la fe cristiana en el contexto de las zonas deprimidas.

Su visión del mundo actual y la continua búsqueda de un nuevo orden justo y paritario me atraen bastante. Lo he descubierto recientemente, aunque sabía de su existencia, quizás como consecuencia de mi total rechazo a todo lo que huela a dogma.

Acabo de leer su columna de hoy y, trasteando en la red, he encontrado sus artículos en el siguiente enlace. Como para añadirlo a los favoritos, vamos.

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Zen y la crisis de la cultura occidental
2009-09-11, por Leonardo Boof
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Vengo insistiendo desde hace tiempo en que por detrás de la crisis actual económico-financiera actual hay una crisis de paradigma civilizatorio. ¿De qué civilización? Se trata obviamente de la civilización occidental, que a partir del siglo XVI fue mundializada por el proyecto de colonización de los nuevos mundos.

Este tipo de civilización se estructura en la voluntad de poder-dominación del sujeto personal y colectivo sobre los otros, los pueblos y la naturaleza. Su arma mayor es una forma de racionalidad, la instrumental-analítica, que compartimenta la realidad para conocerla mejor y así someterla más fácilmente. Después de quinientos años de ejercicio de esta racionalidad, con los innegables beneficios que ha traído y que encontró en la economía política capitalista su más cabal realización, estamos constatando el alto precio que nos ha hecho pagar: el calentamiento global, inducido en gran parte por el industrialismo sin límites, y la amenaza de una catástrofe previsible ecológica y humanitaria.

Estimo que todos los esfuerzos que se hagan dentro de este paradigma para mejorar la situación serán insuficientes. Serán siempre más de lo mismo. Tenemos que cambiar para no perecer. Es el momento de inspirarnos en otras civilizaciones que ensayaron un modo más benevolente de habitar el planeta. Lo que fue bueno ayer, puede valer también para hoy.

Tomo como una de las referencias posibles el zenbudismo. Primero, porque ha influenciado todo el Oriente. Nacido en la India, pasó a China y llegó a Japón. Después, porque ha penetrado ampliamente en estratos importantes de Occidente y de todo el mundo. El Zen no es una religión. Es una sabiduría, una manera de relacionarse con todas las cosas de tal forma que se busca siempre la justa medida, la superación de los dualismos y la sintonía con el Todo.

Lo primero que hace el budismo zen es destronar al ser humano de su pretendida centralidad, especialmente del yo, núcleo básico del individualismo occidental. Él nunca está separado de la naturaleza, es parte del Todo. En seguida, procura una razón más alta que está más allá de la razón convencional. Se niega a tratar la realidad con conceptos y fórmulas. Se concentra con la mayor atención posible en la experiencia directa de la realidad tal como la encuentra.

«¿Qué es el zen?» preguntó un discípulo al maestro. Y éste respondió: «las cosas cotidianas; cuando tienes hambre, comes, cuando tienes sueño, duermes». «¿Pero no hacen eso mismo todos los seres humanos normales?» -atajó el discípulo. «Sí» ―respondió el maestro― «los seres humanos normales cuando comen piensan en otra cosa, cuando duermen, no pegan ojo porque están llenos de preocupaciones». ¿Qué significa esta respuesta? Significa que debemos ser totalmente uno en el acto de comer y totalmente entregados al acto de dormir. Como ya decía la mística cristiana Santa Teresa: «cuando gallinas, gallinas, cuando ayuno, ayuno». Esta es la actitud zen. Empieza por hacer con la máxima atención las cosas más cotidianas como respirar, andar y limpiar un plato. Entonces ya no hay dualidad: estás todo tú en todo lo que haces. Por eso, obedece a la lógica secreta de la realidad sin la pretensión de interferir en ella. Acogerla con el máximo de atención nos hace integrados porque no nos distraemos con representaciones y palabras.

Esta actitud le ha faltado al Occidente globalizado. Estamos siempre imponiendo nuestra lógica a la lógica de las cosas. Queremos dominar. Y llega un momento en que ellas se rebelan, como estamos constatando actualmente. Si queremos que la naturaleza nos sea útil, debemos obedecerla.

No dejaremos de producir y de hacer ciencia, pero lo haremos con la máxima conciencia y en sintonía con el ritmo de la naturaleza. Orientales, occidentales, cristianos y budistas pueden usar el zen de la misma forma que peces grandes y pequeños pueden morar en el mismo océano. Es otra forma de vivir que puede enriquecer nuestra cultura en crisis.

martes, 15 de septiembre de 2009

Vuelve Documentos TV

De lo poco potable que ofrece la caja tonta, Documentos TV vuelve hoy a la programación de la 2. Es uno de los programas más prestigiosos de TVE. Estrenado en 1986, se ha caracterizado durante todo este tiempo por tratar en profundidad tanto temas de actualidad como procesos sociales e históricos de mayor duración temporal.

Me ha llamado la atención la sinopsis que presentan para hoy bajo el título "11-S, un asunto envenenado". Dice así:

"Años después del 11-S, aún quedan personas con problemas de salud derivados de su presencia en la zona cero. El programa analiza las secuelas que sufren aquellos que durante días respiraron el humo que levantó el derrumbe de las torres gemelas del World Trade Center."

Bin Laden y los suyos golpearon de forma espectacular en el corazón de los USA, pero no creo que tuvieran en consideración que su zarpa se extendería más allá de los directamente implicados en la tragedia y sus familiares.

Buscando un poco más se puede leer:

"Cuando se cumplen ocho años del atentado contra el World Trade Center, “Documentos tv”, espacio dirigido por Manuel Sánchez Pereira, comienza la temporada, este martes 15 de septiembre, con el documental ’11-S, un asunto envenenado’ y nuevo horario de emisión, a las 22:00 horas.

El atentado contra las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001 no se saldó con la muerte de tres mil personas, como afirman las cifras oficiales. Semanas, meses y años después han ido surgiendo personas con gravísimas secuelas a causa de su presencia en la Zona Cero durante los días que sucedieron al atentado.

La mayor parte de los enfermos forman parte de los servicios de emergencia, los que llegaron a prestar los primeros auxilios y después participaron en las tareas de demolición y limpieza. Durante horas y días estuvieron respirando un humo tóxico cargado de todo tipo de componentes, muchos de ellos cancerígenos. Curiosamente, ante el pánico general, la Administración intentó tranquilizar a la población diciendo que aquél humo negro e inquietante no era peligroso.

La sucesión de casos, incluso algunas autopsias practicadas, confirmaron lo contrario. Muchas de las 40.000 personas que trabajaron en aquellas semanas en el World Trade Center fueron cayendo enfermas y muriendo. Y la lista va en aumento.

’11-S, un asunto envenenado’ ofrece testimonios estremecedores de protagonistas recordando que en los trabajos que realizaron nunca encontraron ordenadores, teléfonos, muebles,…todo estaba pulverizado, y ese polvo era lo que estaban respirando. También los médicos explican las terribles e indiscutibles consecuencias de aquella inhalación, cuyos efectos pueden seguir apareciendo hasta cuarenta años después.

Por si la situación fuese poco dramática, se da la circunstancia de que son muchos los enfermos del 11-S que se han quedado sin seguro médico y han caído prácticamente en la indigencia. Se reúnen y reclaman a las autoridades una respuesta como la que ellos dieron en el primer momento de la crisis. Sin embargo, según los afectados, la prioridad de la Administración ha sido, desde el principio, recuperar la normalidad económica en la zona, por encima de la salud de sus ciudadanos
."


Si hoy no lo podéis ver, os dejo el enlace para hacerlo a través de internet. Promete.