por Paco Jiménez
Presidente de la Unidad Cívica Navarra por la República
Viernes, 9 de Abril de 2010, en Diario de Noticias
Cuando se habla de República, nos quieren hacer pensar que no es una reivindicación urgente ni principal.
Es verdad que el problema principal es la crisis, y cómo afecta a la mayor parte del pueblo, tanto en forma de los 4.300.000 parados, como en la zozobra de los afectados por ERE, o de los autónomos o pequeños empresarios que ven peligrar su empresa. La explosión de la burbuja financiera ha sido el detonante de la crisis de un sistema capitalista, basado en la explotación de millones de personas en todo el mundo. En España, a esa crisis se ha añadido la de ladrillo, que hubiera explotado de cualquier manera. En los años anteriores a la crisis, tanto con los gobiernos del PP como del PSOE, los bancos y muchos empresarios han tenido beneficios que duplicaban la media europea. Se creaba empleo precario con bajos sueldos, creando una falsa riqueza, con la esperanza de que todos los pisos se vendieran inmediatamente, y a precio exorbitante.
Esta crisis en España proviene de la estructura económica, basada en que 1.800 personas controlan el 80% del Producto Interior Bruto (PIB). Sólo hay que ver el organigrama de los consejos de administración de los grandes bancos, de las grandes constructoras y de las empresas privatizadas durante la transición (Repsol, Iberdrola, Endesa, Telefónica, Iberia etc.).
En lo político, la transición ha ido degenerando en un sistema bipartidista, gracias a una Ley Electoral injusta, en la que los votos hacia el PP o al PSOE valen 70 veces los votos a Izquierda Unida. La conjunción de estos dos partidos, con las derechas nacionalistas CiU y PNV, ha hecho que la política económica, haya sido siempre de tipo neoliberal, y al servicio de esas 1.800 familias. Últimamente, los cuatro partidos se han unido para impedir reformas parciales de la ley electoral. El teatrillo de enfrentamiento entre PSOE y PP es en temas sociales como aborto, homosexualidad o divorcio, pero en los grandes temas votan juntos: apoyo a la gran banca en la crisis, eliminar los impuestos a los ricos (Impuesto del Patrimonio o reducir el Impuesto de Sociedades), enviar soldados a Afganistán, apoyo a la Monarquía, apoyo al Tratado neoliberal de Lisboa en la Unión Europea etc. En la Comunidad Autónoma Vasca el PSOE gobierna con el apoyo del PP, y en Navarra vimos cómo el PSOE impedía echar a UPN del Gobierno, en el que ahora tiene el apoyo incondicional del PSN.
La superestructura del franquismo se mantuvo no sólo en lo económico, sino también en los jueces y mandos del Ejército. Es verdad que en estos años ha entrado gente nueva, pero en las altas magistraturas del Estado se mantienen aquellos que juraron fidelidad a los principios fascistas del Movimiento. Esto permite una campaña de acoso y derribo a Garzón, juez que ha tenido muchos errores y una historia ambivalente, pero que ha sido el que persiguió a los GAL, a Pinochet, el que ha intentado desarrollar la Ley de Memoria Histórica, y el que ha informado del caso Gürtel, verdadera ponzoña de corrupción en el PP.
El concordato realizado entre el Vaticano y el estado franquista sigue vigente. La Iglesia recibe del estado directamente más de 6.000 millones. Además le permite controlar una buena parte de la enseñanza, inculcando valores conservadores a los niños, a través de los colegios concertados ( financiados con otros 3.800 millones de euros) o la clase de religión en las escuelas públicas.
Y qué decir de un monarca que más allá de la falsa propaganda, en cuanto a su posición durante la transición o el 23 F, etc, la realidad es que ha adquirido una fortuna de 1.800.000.000. (Revista de Economia Eurobusiness). Cada año recibe 9 millones de euros, sin que se pueda controlar ni auditar en qué se gasta ese dinero. (9 por 30 años=270 millones. ¿Cómo ha llegado a los 1.800?) Es indigno que tengamos que aguantar que el Jefe del Estado, no sólo no pueda ser elegido como los demás cargos públicos, sino que en su origen fue nombrado por Francisco Franco, responsable, sólo en los años posteriores a la Guerra Civil, de más de 100.000 desaparecidos.
Para salir de la crisis, sin que caiga en la pobreza el 40% de la población, hace falta cambiar la estructura económica y política de este país, dominada por muy pocos y siempre en su beneficio. Todo está ligado: corrupción, estructura económica, bipartidismo, sistema judicial y Monarquía.
Hay que unir a todos los interesados en salir de la crisis: trabajadores, autónomos, pequeños empresarios, a los que tienen reivindicaciones nacionales, a los que están por el Derecho de Autodeterminación, a los que están por el avance hacia el Socialismo del Siglo XXI, a los que están por el Laicismo, a los que están por un Estado que renuncia a la guerra, a los que están por los servicios públicos de calidad, a los que están por una democracia participativa. En una palabra, a la gente que tiene dignidad democrática, que quiere que todos sus representantes sean iguales ante la ley. Sólo destruyendo este tinglado económico político social, amparado en la Constitución del 78, se puede cambiar. Y para ello hay que ir contra la clave de bóveda del edificio, que es la Monarquía, exigiendo un referéndum en el que se decida Monarquía o República.
Viva la República, viva la III República.
